miércoles, 14 de agosto de 2024

TIATORDOS 1.950 ASTURIAS JULIO 2024

 


PICO TIATORDOS 1950 m.

 CORDILLERA CANTÁBRICA.  ASTURIAS.

Sábado, 6 de julio de 2.024


La cordillera cantábrica atraviesa la geografía de Asturias vertebrando su espacio , creando profundos valles y dando lugar al nacimiento de ríos que en su vertiente norte llevan sus aguas al mar Cantábrico. Sus cimas frecuentemente superan los 2.000 metros, en cuya entraña late su corazón mineral y  el profundo bosque cantábrico. Uno de los vástagos de este perfil, es el singular pico Tiatordos situado en el cordal de Ponga.


A las diez de la mañana nos dimos cita en el pintoresco pueblo de Pendones, situado a unos 700 metros. El día prometía después de las lluvias del jornada anterior. La ruta es exigente y requiere una buena preparación física, así como buen tiempo.


No son pastores esperando la conquista de romanos o musulmanes , ellos son nuestros guías Fran y Fernando, quienes guiarían nuestros pasos hasta llegar a la cima. Una bonita propuesta para los componentes de El Argayu.



Salimos del pueblo de Pendones y en una línea directa comenzamos la ascensión, el día traía calor así que en estos primeros compases vegetación y niebla se convertían en buenos aliados, el camino se estrechaba tomando los barrancos que descienden de la montaña.


Encontramos magníficas hayas que se salvaron del hacha, pues su escarpada ubicación hizo muy difícil arrancarlas del bosque y allí quedaron , para nuestra contemplación y deleite. 


Una hora y media después de la salida, paramos para reponer fuerzas en el alto del plátano, seguimos inmersos en la niebla, paramos junto a un abrevadero, pero deciros que sin agua, escasa durante la ruta, algo a tener en cuenta para afrontar el recorrido.


El camino discurre por frecuentes helechales hasta casi cubrir el sendero, aquí tambien viven insectos que nos recuerdan la importancia del vestir en la montaña.



La señalización durante la ruta es variada y suficiente, el pico Tiatordos se encuentra dentro del espacio parque natural de Redes y está catalogado como Reserva de la Biosfera, conservando los elementos necesarios para obtener esta calificación.



Es la genista y las árgomas la vegetación  dominante en altura, pero encuentran también espacio en la altura otras especies florales, que en prolongación de la primavera, salen a nuestro paso y que reclaman nuestra atención.









Durante casi 800 metros de desnivel el camino discurre con una vegetación alta en algunos tramos y en otros el camino serpea entre el bosque y las rocas, la niebla persiste y nos ayuda a caminar en un buen ambiente.




En esta panorámica podemos ver la imponente mole del Tiatordos y su rocoso último tramo que con unos 350 metros de desnivel es lo que nos separa de la cumbre, es el fin del prado subalpino, un tramo exigente después de haber superado casi mil metros.


Antes de afrontar el último tramo una parada de descanso y mucha hidratación.



Vegetación y suelo cambian , a medida que subimos la niebla queda debajo y el sol toma protagonismo en la jornada , el calor , por otra parte llevadero en altura, nos acompañará hasta la cima.


El sendero está muy marcado, pues el pico es un clásico de montaña asturiana y es normal encontrase montañeros en la ruta, estratégica cumbre que compensa el esfuerzo con las magnificas vistas desde la cima.





Las nieblas y las nubes van quedando atrás, el grupo se estira , lo dominante es el esfuerzo individual, cada uno con su capacidad, con su edad, con su medida de disfrute de la montaña. Se limpia el cielo, intuimos bellas panorámicas desde lo más alto.




 Poco a poco vamos llegando a la cumbre, las nubes quedaron a nuestros pies y se nos abre un horizonte de 360 grados de una singular belleza. La cima es amable y hay capacidad en ella para acoger a todo el grupo. 



A las 13.30 ya estábamos en la cima, la silueta del macizo occidental de los picos de Europa ( el Cornión ) se recorta por encima de las nubes, daban ganas de ir caminando por encima de ellas. Las fotos difícilmente pueden recoger lo majestuoso del momento.


Las desafiantes siluetas de las Peñas Santas se recortan en un horizonte de ensueño, mar de nubes , mar de rocas que en otra hora fueron el fondo del océano, y hoy son, vertical  faro de montañeros.


La vertiente contraria a la que nosotros ascendimos muestra una verticalidad  tremenda , las crestas invitan a asomarse pero siempre con precaución. No te cansas de mirar y admirar esta belleza natural que hacen de Tiatordos una montaña única.


En la cumbre una placa rinde homenaje a los montañeros que perdieron la vida en misiones de exploración y rescate de aquellos que lo necesitaron.



Y en lo más alto la foto para el recuerdo de este inolvidable día , quienes allí estuvieron bien lo saben, el picu  invita a volver , invita al recuerdo de unas sensaciones únicas. Son las sonrisas donde el esfuerzo se desvanece. Es la cima. 1950m.



Tomando notas ...que luego hay que construir un relato.



Allie y Raúl, 100% Argayus. Sangre nueva, que mucho necesitamos . Juntos en lo más alto.



Íbamos bien de hora y el tiempo acompañaba, así pues la comida fue en la misma cumbre , comer en el mejor restaurante posible y con aquellas vistas fue muy placentero , comer y recrear la mirada, poner los ojos en los detalles lejanos...tratar de conocer las montañas en la lejanía.






Poco a poco iniciamos la bajada, nuestra ruta era circular  y aún quedaba un buen trecho , en el camino de descenso nos encontramos con algún tramo " cuesta arriba " que venían a sumar metros al desnivel total que se aproximaba a 1500 metros.


Después de dejar la zona rocosa de la cima vuelve el prado subalpino y con ello las majadas, los puertos, las brañas y las razas  bovinas de las montaña asturiana. animales felices lejos de las cuadras en su ambiente natural .A Isa se la veía muy cómoda entre el ganado.



El hábitat del parque natural es un espacio para el desarrollo de muchas especies animales y vegetales , es hogar de grandes predadores de la península ibérica, como por ejemplo el lobo...tranquilos mastines guardan el ganado y a nosotros mientras descansamos durante la bajada.


El parque de Redes en un espacio donde el oso pardo cantábrico ha encontrado un nuevo resurgir tras años de protección y cuidado. No es fácil de avistar, pero si es fácil detectar su presencia en los caminos que este plantígrado utiliza y que en muchas ocasiones coinciden con los de los humanos. Su firma en el barro.



En la zona no vimos muchos , pero aún quedan como recuerdo de un pasado de mayor esplendor , aún pervive el mítico Tejo. Árbol venerado y venerable, unido a la cultura de estas montañas de la cordillera cantábrica.


En hilera afrontamos el descenso donde vuelve la presencia del monte bajo, ese monte que avanza inexorablemente ante el retroceso de la actividad humana , el pastoreo  y las cabañas ganaderas.


El sendero nos lleva hasta una antigua majada , memoria de una vida pastoril que hasta mediados del pasado siglo tuvo una presencia importante en la cultura de estas montañas.


José Luis observa lo que  queda de aquellas cabañas donde los pastores de estas montañas hicieron vida, al cuidado de sus ganados mientras explotaban los pastos de altura. Piedra trabajada con habilidad y lajas calizas construyen espacios a menudo compartidos por personas y animales.


Desde las cabañas, parte del camino de descenso y al fondo la silueta del Tiatordos, que en la tarde volvía a ser coronado por la niebla.


En la tarde las nubes se fueron disipando permitiendo que pudiésemos contemplar otras cumbres de la cordillera y tomando conciencia de este paraíso natural, también aparecieron los valles profundos y las vaguadas que a ellos conducen.


En la media ladera tambien aparecieron afloramientos rocosos y de nuevo el bosque hizo acto de presencia. El sendero se adelgazaba buscando un paso para el descenso. Nuestros eficaces guías no tuvieron ningún despiste, habían hecho un reconocimiento previo y un buen trabajo.


Ya en el descenso encontramos la única fuente "potable" de todo el recorrido. Hubo que racionar el agua hasta entonces. Un alto para repostar cantimploras  y deleitarnos con el agua que en aquel venero surgía con un frescor inigualable...en su punto.



Al final de la ruta se ensancharon los caminos y volvió el bosque , desde este punto hasta el pueblo de Pendones en camino bajaba vertiginoso salvando un gran desnivel, que puso a prueba nuestras  rodillas , que a esta s alturas de la jornada ya pedían un descanso merecido después de una gran jornada en la montaña.

Gracias a nuestros guías por la elección de tan bella ruta y a los participantes que con sus imágenes y vivencias hacen posible esta crónica.

                                                                                            Salud y montañas bellas.

                                                                                           Alfonso Martínez Toledano

                                                                                          Cronista del G M. El Argayu.

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