miércoles, 26 de febrero de 2020

FUENTE DE COBRE




FUENTE  de COBRE , DONDE EL PISUERGA ROMPE AGUAS.

8 de febrero de 2020

Resultaría un error pensar que en la vieja Castilla solo encontraríamos extensos paramos y vetustas ciudades. Castilla es mucho más y tambien cuenta con bellas montañas, basta citar a Torrecerredo para saber hasta donde llega nuestra vecina y hermana la comunidad de Castilla y León, de la que un día Cantabria formó parte. Castilla siempre tuvo una vocación marinera, lo saben bien los puertos cántabros, y lo saben tambien sus largos ríos que buscan la mar océana,  como premonición de una historia de proyección mundial. Uno de esos ríos es el Pisuerga, que encuentra en la fuente de Cobre el alumbramiento que le llevará al Atlántico. Nacido de la entraña caliza de la montaña Palentina, si sus aguas hablaran la tierra callaría.


 Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar...escribió el poeta palentino Jorge Manrique y nosotros tras remontar el puerto de Piedrasluengas llegamos hasta santa Mª de Redondo el primer lugar que se encontrará el río en su descenso, solariegas casas y frías aguas.


" Nos gusta el deporte " rezaba en uno de los paraguas que aparecieron como si de setas se tratase en este loco día en el que muchos meteoros veríamos. El paraguas puso una nota de color en un día con cuatro estaciones.


El camino asciende por laderas donde pudimos ver la característica vegetación de montaña, la ausencia de hojas en muchas de las especies dejaban al desnudo extraordinarios robles que nos hablan del esplendor forestal de un día tuvo esta zona.


A pesar de la lluvia, que en ningún momento fue violenta, asistieron muchos Argayuc@s a la cita con la montaña... claro es que tambien hay buena afición a la pitanza que nos esperaba en san Salvador de Cantamuda. Día completo de compañerismo y deporte.


La escala es buena para todo, incluso para ver la pequeñez del ser humano cuando se adentra en  la naturaleza por la que debemos mostrar el máximo respeto y admiración.


No hay documental, ni libro, ni foto, que pueda captar la mágica sensación de abrir nuestros ojos a la grandeza natural del planeta , oídos para escuchar nuestros pasos, y sentidos a pleno rendimiento para conectar con la tierra. ( vuestro cronista cazado en éxtasis ).


Y poco a poco el grupo fue llegando allí donde le río abandona la oscuridad para darse a conocer, desde este punto se intuía, pero no se podía sospechar lo que nos esperaba, todo calculo era erróneo, millones de años y entrañas abiertas hicieron posible el alumbramiento del Pisuerga.


Fin de la senda tras una ascensión de unos 400 metros. El recorrido de la marcha en total es de unos 13 kilómetros y es apta para todos los públicos que tengan una mínima condición física.



































Sabedores de que algo bueno iban a encontrar un colorido y sonriente grupo posa para la crónica del día.


Jose Ramòn madrugó para estar con el grupo...¡ donde ibas a estar mejor !!!


En este matrimonio siempre saltan chispas ... ¡de las buenas !. Echamos en falta ese café con orujo a media ladera, ¡ quien lo probó lo sabe !


De maternal útero podemos calificar la cavidad donde las aguas infiltradas en la montaña vienen a concurrir en Fuente de Cobre, es difícil de explicar las proporciones de esta cueva , hay que ir allí para verlo. - aqui cabe un Ejército, y agua no le iba a faltar - sin lugar a dudas la presencia humana no le será extraña a estas rocas.


Fue solo unos minutos, pero para dar fe del hecho diremos que el agua que nos acompaño una buena parte del recorrido se transformó en nieve a la entrada de la cueva, habíamos ganado en altura y no debíamos de olvidar que estábamos en febrero... febrerillo loco.


Por catedral tienen algunos la cueva, y proporción lo le falta, pues no te mojas aunque llueva  y está la techumbre muy alta.


Sonia entró a explorar y salio transfigurada ¿ que será lo que vio, para quedar alucinada ?



 ¿ Buscando restos del coronavirus ?


Mereció la pena el camino aunque solo fuese por darnos un paseo por tan mágico lugar, no fue el viaje al centro de la tierra pero si  algo parecido a cambiar de planeta. 282 kilómetros - pasando por Valladolid - desde este punto hasta su encuentro con el padre Duero, y de ahí al océano.



Vecinos de Camaleño que quedaron encantados de acompañarnos, Juan Carlos Martínez Casares y Mari Carmen su mujer , propietarios de la Quesería Río Deva y Vicente" Tete " y  su mujer, artesanos de la madera.




Salimos de la cueva, y en recorrido circular a media ladera nos dirigimos al punto de salida con la contemplación de nuevos paisajes.




La lluvia y los paraguas fueron la nota predominante,pero al final de la jornada el tiempo cambió , la brújula señalaba al restaurante y bajamos contentos y hambrientos.




Siempre es bueno contar con el equipo sanitario en la ruta, Sonia del Río ( Deva ), posa con fondo de la vieja cordillera, la cellisca visitó la montaña la noche anterior , el sol volvía a lucir y estábamos en el buen camino como muestra el jalón .


Según bajábamos los horizontes se iban despejando, el sol se abría paso y nos permitía ver lejanas y las altas cimas de la cordillera Cantábrica  que en las provincias de Palencia y Cantabria alcanzan su puntos culminantes.


Parece otro día pero es el mismo. Un nutrido grupo del Argayu. El presidente estuvo a punto de convocar la reunión anual del club. El tiempo se volvió favorable definitivamente con buena temperatura para este cálido febrero.




Tres momentos, sentados a la mesa, colofón de un día de deporte y gastronomía por tierras de Castilla.


Precioso restaurante y buena comida, el lechazo excelente. Alguien me dijo al oido : Fonso tienes que decirle al presidente que programe más salidas que acaben en comida , ahí lo dejo Sr. presidente.


Una vez que fueron sosegadas las papilas gustativas y las tripas fueron calmadas, llegó el momento de posar para el recuerdo. Un grupo de montaña que no escribe su historia no existe.



Mensaje presidencial : ¡ ESTO ES TODO AMIGOS !! nos vemos en la montaña palentina en el mes de marzo, La tejeda de Tosande nos espera.

                                                                                          Alfonso Martínez Toledano.