domingo, 23 de enero de 2022

PICO AGERO



 ASCENSIÓN AL PICO AGERO

 20 DE NOVIEMBRE DE 2021


Esta bonita y exigente ascensión que no lleva orden correlativo con las fechas  ya que se hizo antes de la subida a Tresviso y  aparece después, bien podía haberse quedado sin su blog. El motivo fue que yo no pude asistir ese día. Sin embargo estuve pensando que para que un relato resulte interesante no siempre es necesario escribir lo que se ha vivido. Existen argumentos fascinantes cuya acción no fue experimentada por su escritor pero sí fue relatada para él. Y me dije: tengo que buscarme a alguien que haya ido a esa ruta y me la cuente. Resultó que Mari Jose y Lorena se ofrecieron a ser mis contadoras de historias. 


De esta forma una tarde de esas en que la helada va convirtiendo en escarcha todos  los elementos que se encuentran en las calles, y uno piensa en la suerte que tiene de estar en su casa calentito, nos juntamos las tres a la par de un té de puerto con orujo y comenzó el relato. Mari Jose se acordaba de todos los detalles y Lorena no solo la secundaba sino que también aportaba su granito de arena. Yo tomaba apuntes a toda velocidad igual que si estuviera en el colegio. Y así comenzamos:





Salimos desde Allende sobre las 10 de la mañana. El grupo iba contento, como siempre, tenían por delante una larga ascensión y esto les suponía un pequeño reto.
Tomamos un camino que se conoce como la Nogaleta para después tomar un sederuco: Trespaderma hasta desembocar en una pista forestal. En el camino veíamos grandes ejemplares de encinas y no imaginábamos que les hacía desarrollarse de esta forma cuando el suelo era seco y lleno de piedras. Maravillas de la Naturaleza.
 


Rincones como el de la foto, una pradería limpia y bien desbrozada, nos hacía pensar que todavía se cuida al ganado. Daba gusto pasar por allí.




 Por fin alcanzamos el Cueto la Sejuca donde nos encontramos con el refugio de la Federación bien restaurado. 

Desde este punto seguimos subiendo el sendero que nos llevaba a la canal del Agero, entre dos impresionantes paredes, la del Cueto Agero y la del Candillejos.



Una vez ascendida la canal hicimos la parada del plátano ya que estábamos empezando a necesitar algún refuerzo. Aún  nos quedaban muchos metros hasta llegar a la cumbre.


Llegamos a la rasa Palombera y una vez atravesado el Llano Agero empezamos a ascender hacia la cumbre, unas veces encontrando senderucos y otras con un sálvese quien pueda.





No sin esfuerzo llegamos al Pico Agero también llamado Pico Joyu  Díaz y allí no hicimos fotos varias pues un 1351 metros bien se las merecen.






Como también nos merecíamos unos buenos bocatas y una buena siesta.




Una vez recuperados comenzamos el descenso campo a través. Un descenso muy pronunciado, pero todos llevábamos las pilas cargadas y saltábamos como cabras por entre los matojos y las piedras. Abajo nos esperaba el Collado Pelea, paso natural para los habitantes de Bejes y Tresviso. 




Y desde Pelea bajamos por la pista hacia Cabañes hasta coger un ramal a la izquierda que nos llevaría de nuevo al pueblo de Allende.

Y con un sorbito de té, mis dos contadoras de historias dan por finalizado este relato.

Mi gracias chicas.

miércoles, 12 de enero de 2022

 

 

RUTA A TRESVISO


Era el 18 de diciembre de 2021.

 En nuestro calendario anual figuraba la ruta de la Calzada Romana (Pesquera- Bárcena de Pié de Concha). Una cuidadosa organización nos tenía preparada la caminata y una comida de hermandad para celebrar la última salida  del año en uno de los renombrados restaurantes del pueblecito de Helguera. Se habían apuntado alrededor de 40 miembros. Traslado: cómodamente en autobús. Pero el COVID, que parece haberse empeñado en fastidiar planes, truncó nuestra agenda. No quisimos arriesgar, éramos muchos y los espacios cerrados. Suspendida.

¿Acaso el Argayu iba a quedarse así, sin más? De ninguna manera, el Presi se puso presto a buscar en el fondo de armario y sacó un Plan B: LA RUTA DE TRESVISO, una ascensión de unos 800 metros, muy bien aireada. 


A las 9 de la mañana nos dimos cita en el aparcamiento de Urdón dispuestos a pasar un día estupendo. 
A esa hora la temperatura era  fría y húmeda, sobre nosotros solo asomaban riscos y peñas,  parecía no existir el cielo. Estábamos al fondo de la canal. 


Comenzamos a subir por la senda de Tresviso, obra que fue construida en el siglo XIX  para poder bajar  hasta el Deva el cinc de las minas que se explotaban cerca de esta localidad.  Durante varios metros anduvimos paralelos al río Urdón.  A medida que ascendíamos por aquellos tornos podíamos contemplar con mayor perspectiva tanto la vista de la parte alta de la canal como el macizo de Ándara.





 




  Un alto en el camino para reagruparnos.


                                                 
Anna que llevaba varios meses lesionada, había decidido probarse con esta exigente ruta.
Aquí la tenemos dándolo todo.


 
La Lore, que aún mantenía su gorro puesto por el frío, observaba como el azul del cielo empezaba a estar un poco más cerca.


A media mañana hicimos la parada del plátano. Un alto en el camino para hidratarnos y reponer fuerzas  ahora ya bajo un sol radiante y sin una sola nube en el cielo.  
La ropa de abrigo a las mochilas. 
Habíamos dejado el frío en el fondo del valle.
                                                     



Las chicas del moño posaron muy risueñas para la foto. 


Seguimos nuestro ascenso por los tornos hasta llegar al Balcón de Pilatos desde el que se observa una panorámica de toda la zona. 



Desde este punto continuamos hacia las invernales de Prías , habíamos ascendido unos 700 metros. Pasamos por la Fuente Abrevadero y continuamos subiendo hacia el pueblo.



Durante los últimos metros de ascensión el paisaje nos fue mostrando algunas praderías lo que  indicaba que  Tresviso estaba cerca.   Un último repecho y el pueblo.






Rastreando un poco la historia parece que las primeras referencias a  Tresviso o Tres - Visu datan del año 942 en el cartulario de Santo Toribio aunque la villa como tal se formó en 1.822. Su nombre  podría venir del latín trans visum, tras el collado desde el cual se empieza a ver un lugar.   

Hoy día se encuentra íntegramente en el Parque Nacional de los Picos de Europa siendo famoso por su queso picón con Denominación de Origen.




Cada ruta que hacemos con nuestro Club es una experiencia única. Nos gusta todo, ascender, descender, cansarnos, pasar calor, frío, disfrutar de la panorámica, llegar al destino... y un largo etcétera, dentro de cuyo etcétera hay un sitio preferente  para uno de nuestros mayores placeres: sentarnos a degustar las ricas viandas que como compañeras de fatigas nos acompañan dentro de  nuestras mochilas. 










Y después no puede faltar una buena siesta al sol de mediodía.


El regreso lo hicimos por los mismos tornos.

Utilizando esta senda con buenas botas, bastones de ayuda y el riesgo de pegar algún traspiés que no siempre conseguíamos evitar, me venían a la cabeza aquellos personajes de antaño bajando por estos tornos empinados de piedra suelta con caídas a ambos lados en vertical,  guiando sabiamente a sus caballerías cargadas con el material de las minas. Pensar en una colección de mulas bajando por estas revueltas me parece casi un imposible. Probablemente para aquellos lugareños era lo normal, la vida diaria. 
 
Nosotros dejamos atrás Tresviso y a sus gentes y empezamos el descenso con la luz del atardecer.




Un alto en el camino para admirar tanta naturaleza en esta puro.


Parada de nuevo en el Balcón de Pilatos.

 Y de esta manera felices y contentos llegamos al aparcamiento donde nos estaba esperando Javi Caloca para darnos un cálido recibimiento.


Hasta pronto Argayu