sábado, 30 de octubre de 2021

LOS COLLADOS DE BÁRAGO

 24 DE OCTUBRE DE 2021


 Miembros del Club El Argayu se dieron cita aquella mañana otoñal del domingo 24 de octubre bajo un cielo  lebaniego intensamente azul.

Salimos de Bárago a las diez. Allí ya nos esperaba nuestro guía, Nacho conocido ya como Nacho el de Bárago, compañero del Argayu, amigo y lugareño, que por haber nacido en este pueblo se conoce mejor que nadie todos sus rincones.



Comenzamos la subidita, que no por ponerla en diminutivo era menos cuestu, pues no dejamos de ascender y ascender durante más de ochocientos metros a degüellu. Pero qué son ochocientos metros  para el Argayu...


Entretenidos entre aquellos bosques que el otoño mezclaba de matices, ocres, carmines y algunos verdes que parecían resistirse a perder su color, el grupo llegó al lugar conocido como el Portillo Cadobo,  donde Nacho nos fue explicando los nombres y lugares por los que pasaríamos. 





En dirección a Peña Alta hicimos un alto en el camino para reponer fuerzas comiendo  frutos secos, los morenitos de Monse y plátanos. 

De allí seguimos hacia el Portillo Obias donde Juan Carlos propuso hacer la ruta un poco más difícil y subir hasta Caldazo. Osea incluir una nueva cuestuca. 

Hubo unanimidad en la propuesta, como no podía ser menos, e hicimos un quiebro para tomar una pista a la izquierda que nos llevaría hacia la choza de Caldazo y a Peña Ijande.






Guapu, guapu todo, como solemos decir los de esta tierra multicolor de alturas y bajuras.

Apretando el hambre bajamos de Peña Ijande para dirigirnos al collado donde dimos buena cuenta de nuestras viandas, bizcochucos  y siestuca incluida.









Bajo la atenta mirada de nuestro guía


Y en buena compañía, que pisábamos tierra ganadera.


Desde allí ya todo fue descenso. 




Dejamos atrás Ijande y la Peña el Cuadro adentrándonos de nuevo en un hayedo que nos llevaría hasta La Lomba (el antiguo camino hacia Cucayo) donde cogeríamos las Retuertas para volver a Bárago.


Las Retuertas comienzan en un sendero de tosco empedrado que serpentea descendiendo de forma pronunciada. Antes de la construcción de la carretera, éste era el único camino que comunicaba Dobres y Cucayo con Bárago. Por él se bajaban las basnas de hierba que eran recogidas en los pastos de montaña, pastos en los que habíamos estado hoy.

A medida que descendíamos, el empedrado iba dejando paso a una zona de césped, Los Fresneros.  A nuestra derecha se percibían los saltos de agua del río Entreovejas.  Al llegar abajo cruzamos este río.  Nos quedaba un pequeño ascenso y otro pequeño descenso hasta llegar a la Iglesia y a la fuente de Bárago.


Antes de despedirnos contentos, satisfechos de la ruta, y cansaditos, bajamos a Vega de Liebana y en el Bar la Viorna nos tomamos unas cervecitas que nos sentaron a gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario