ASCENSIÓN AL PICO AGERO
20 DE NOVIEMBRE DE 2021
Esta bonita y exigente ascensión que no lleva orden correlativo con las fechas ya que se hizo antes de la subida a Tresviso y aparece después, bien podía haberse quedado sin su blog. El motivo fue que yo no pude asistir ese día. Sin embargo estuve pensando que para que un relato resulte interesante no siempre es necesario escribir lo que se ha vivido. Existen argumentos fascinantes cuya acción no fue experimentada por su escritor pero sí fue relatada para él. Y me dije: tengo que buscarme a alguien que haya ido a esa ruta y me la cuente. Resultó que Mari Jose y Lorena se ofrecieron a ser mis contadoras de historias.
De esta forma una tarde de esas en que la helada va convirtiendo en escarcha todos los elementos que se encuentran en las calles, y uno piensa en la suerte que tiene de estar en su casa calentito, nos juntamos las tres a la par de un té de puerto con orujo y comenzó el relato. Mari Jose se acordaba de todos los detalles y Lorena no solo la secundaba sino que también aportaba su granito de arena. Yo tomaba apuntes a toda velocidad igual que si estuviera en el colegio. Y así comenzamos:
Por fin alcanzamos el Cueto la Sejuca donde nos encontramos con el refugio de la Federación bien restaurado.
Desde este punto seguimos subiendo el sendero que nos llevaba a la canal del Agero, entre dos impresionantes paredes, la del Cueto Agero y la del Candillejos.
Una vez ascendida la canal hicimos la parada del plátano ya que estábamos empezando a necesitar algún refuerzo. Aún nos quedaban muchos metros hasta llegar a la cumbre.
Llegamos a la rasa Palombera y una vez atravesado el Llano Agero empezamos a ascender hacia la cumbre, unas veces encontrando senderucos y otras con un sálvese quien pueda.
No sin esfuerzo llegamos al Pico Agero también llamado Pico Joyu Díaz y allí no hicimos fotos varias pues un 1351 metros bien se las merecen.
Como también nos merecíamos unos buenos bocatas y una buena siesta.
Una vez recuperados comenzamos el descenso campo a través. Un descenso muy pronunciado, pero todos llevábamos las pilas cargadas y saltábamos como cabras por entre los matojos y las piedras. Abajo nos esperaba el Collado Pelea, paso natural para los habitantes de Bejes y Tresviso.
Y desde Pelea bajamos por la pista hacia Cabañes hasta coger un ramal a la izquierda que nos llevaría de nuevo al pueblo de Allende.
Y con un sorbito de té, mis dos contadoras de historias dan por finalizado este relato.
Mi gracias chicas.
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