LAS AGÜERAS - LEBEÑA, EL DESFILADERO INFINITO.
06 de febrero de 2.021
Sabido es que al desfiladero de la Hermida, de sobrarle algo, lo que le sobran son posibilidades. Cuando don Benito Pérez Galdós lo atravesó, dijo que debiera de llamarse "esófago de La Hermida " sintió el gran escritor canario que la tierra se lo tragaba sumido como estaba en los delirios verticales de aquella angostura .
Si los Picos de Europa son los reyes de la cordillera cantábrica, el desfiladero de la Hermida constituye el autentico arco del triunfo por el que debemos pasar para conocer ese cosmos calcáreo, que como sus aguas proclaman, esta unido las entrañas del planeta.
En tiempos de pandemia nada más necesario que entregar alma y cuerpo a esa naturaleza que nos aguarda como bálsamo reparador. Nos reunimos en las orillas del Deva junto a la caseta de los pescadores a la altura de la ruta de las Agüeras, El frio de la mañana quedó aqui, pues tuvimos un tiempo fenomenal para nuestra actividad.
La ruta, que no estaba programada en nuestro calendario anual, se realizó a propuesta de nuestro Presidente (Perpetuo) que nos guio a través de un trazado que daba sus primeros pasos en la llamada ruta de Las Agüeras.
Al frente del grupo durante toda la marcha estuvo nuestro servicio sanitario, Meli y Sonia siempre aportan un plus de seguridad y confianza a nuestras actividades " con ellas al fin del mundo ".
El río Deva, el señor del desfiladero, recibe el vasallaje de las aguas que ladera abajo crean un espacio sin igual, los árboles en una increíble pirueta de equilibrio se asoman y beben en estas torrenteras de aguas puras y libres.
El grupo de cabeza de detiene un momento para posar, guardando las distancias que hacen posibles nuestras actividades, nos esperaba un largo camino. Javi - el rebeco mediano - como siempre sin despeinarse y a 33 pulsaciones, ¡ será posible !.
Portu, aprovecho este humilladero para rezar y hacer algún voto. Me imagino que de chiquitín ya haría diabluras, no hay mas que mirarle a la cara ...de ángel.
La noche anterior hizo mucho frio en Liébana, nevó en los altos, como en Tresviso, nieve que podíamos divisar a medida que ganábamos altura, el clima nos recordaba que estamos en los meses más fríos del año.
La estructura geológica del desfiladero hizo que se desarrollasen estratos horizontales, donde la mano del hombre extrajo losas para la creación del enlosado de calzadas medievales, como el que podemos ver en la foto. Pilar se pegó el madrugón desde Reinosa, para no perderse esta bonita jornada.
Tete de Camaleño, recién federado y picaya en mano, parece que no conocía a Javi, momento que aprovecho para hacer las presentaciones, tras las cuales se confirmaría que entre estos dos "rupicapras" hay mucha madera en común.
En la parte superior de las Agüeras llegamos al cruce que nos llevaba al pueblo de Cicera o al entronque con el camino lebaniego procedente de la costa. Tomamos el camino de los peregrinos y nos encaminamos a Lebeña.
El grupo deja atrás Cícera y su verde pradería, pueblos altos de Peñarrubia que en el pasado y con otros fines utilizaron las sendas que nosotros recorríamos. El camino continuaba en ascensión aun quedaba un buen tranco.
El terreno que nos salía al paso tenía una fuerte inclinación, donde "Argayus " movieron grandes bloques calizos que hoy son territorio donde los musgos prosperan con la humedad, la orientación, y la pureza del bosque. Las fotos no pueden reflejar toda la belleza que el lugar encierra.
...y todo buen bosque que se precie, tiene sus Pitufos, en la imagen, con su uniforme azul, tres generaciones de pitufos del Argayu, están en plena forma y con ganas de monte.
El bosque comenzaba a manifestar su esplendor, el clima nos acompañaba, y el espacio se mostraba más salvaje, solo las huellas de la señalización y los pasos en los senderos confirmaban la presencia humana.
Sonia, ni corta ni perezosa trepó hasta su tronco para escuchar su voz y recargar las baterías de la mágica energía que desprenden las cosas que rebosan a la Madre Tierra .
Sin lugar a dudas el Mar comienza aqui, en estos humildes riachuelos que se abren camino en el bosque y cuyas aguas descienden con un inequívoco destino marítimo, a su paso arrastran toda suerte de minerales y materia que es alimento del gran rio, todo nace aqui, todo se transforma.
Dos instantáneas que tratan de sintetizar la elegante magnitud del arbolado, que nos haces pensar que este recorrido siempre será bello en cualquier época del año, lo difícil será elegir en que estación será más esplendoroso...eso queda a vuestro criterio, ya conocéis el camino.
Cambiamos de vertiente y nuestros pasos ya se encaminan hacia Lebeña, fin del recorrido, nos agrupamos para hacer una foto para el recuerdo, la mayor parte del camino ya estaba andado y la lluvia que quiso amenazar nuestra jornada nos respetó hasta el final.
El escribidor de esta crónica tomando apuntes de las autenticas reporteras ...yo solo me limito a cortar y pegar...eso si...bendito entre las mujeres me dicen algunos.
Ya asomaba Allende, el barrio alto de Lebeña, es la encina aqui la especie dominante, centinela , testigo y el árbol más representativo de nuestro País. Como dijera D. Antonio Machado: Brotas derecha o torcida /con esa humildad que cede / solo a la ley de la vida / que es vivir como se puede.
Y como fondo majestuoso los Picos de Europa en su macizo oriental o de Ándara, había nevado la noche anterior, las tocas de nieve lucían sobre las crestas altas y como fondo en el último horizonte, Cumbre Avenas.
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